El 5 de enero, la Noche de Reyes, un grupo de amigos nos reunimos para charlar, reír, beber y comer. Algo muy parecido debe de ser la felicidad. La competición es, en realidad, una excusa. Lo que nos une son las ganas de pasar un buen rato.
El Certamen de la Tapa ya es una tradición navideña como el Sorteo del Gordo, la Nochebuena, la Navidad, el Día de los Inocentes, Nochevieja y Reyes. Todo un año para pensar cuáles serán sus ingredientes y cómo será su presentación.
Este año se ha celebrado la tercera edición con algunas ausencias pero con el mismo ánimo de superación y de hacer disfrutar a los demás. Se podría pensar que son preparaciones sin sentido y que los que participamos ponemos unos ingredientes sobre otros sin ton ni son. Nada más lejos de la realidad. Hay nivel, mucho nivel. Este grupo de amigos es muy bueno y cada año las tapas son mejores.
Desde aquí quiero felicitaros, no sólo por vuestras creaciones, sino también por estos grandes momentos.
A los que no estuvisteis, espero que en la IV edición os sentéis en la mesa junto a nosotros.
Estas son las tapas. Son auténticas delicias.
Me siento muy orgulloso de haber ganado el Mortero de Oro, una pieza creada por el anterior campeón, Dani (aún recuerdo ese pulpo y el champiñón confitado). Es para mí una gran responsabilidad ostentar la corona, ser el portador de vuestros votos gastronómicos. Ya estoy pensando en cómo será el trofeo de la IV edición… ¡y en la tapa!
Gracias por todo chavales.